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sábado, 29 de octubre de 2016

FERNANDO BINVIGNAT

LA OLA

La ola de otra ola paralela,
rueda enhebrando su hialino encaje;
y el fugaz azahar de su ramaje
es un eterno juego de acuarela.

Y entre la flor inmarchitable riela
una canción de celestial linaje,
una canción de proa en el soñar del viaje,
canción de remos de dorada estela.

Abre la playa su bruñido lecho
de la luciente arena agradecida,
como quien a la muerte se abre el pecho.

Y huye la ola por la tarde herida
cual la ventisca de un jazmín deshecho,
como el pañuelo de la despedida.